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miércoles, 21 de noviembre de 2018

El acceso de polizones y el viaje de una maleta sospechosa delatan un boquete en la seguridad del AVE

Tres pasajeros sin billete acceden al tren por los andenes en Madrid el mismo día que una maleta sospechosa viaja en sentido contrario desde Barcelona.


Dos incidentes registrados con apenas siete horas de diferencia, han revelado la existencia de fallos de seguridad en el AVE: el mismo día que una maleta sospechosa de llevar en su interior una granada de mano recorría los algo más de 650 kilómetros de vías que separan Barcelona de Madrid sin que nadie la interceptara, el 7 de noviembre, tres polizones sin billete accedían al tren por las vías en la estación de Atocha y viajaban en sentido contrario hasta Zaragoza.
Ambos episodios han desatado las alarmas. "Se ha puesto sobre la mesa un boquete de seguridad en el AVE", explican fuentes policiales, que achacan los fallos de seguridad a los enrevesados protocolos de actuación en caso de alerta en uno de los casos y a la escasez de la vigilancia en el otro.
El acceso de los polizones se produjo en uno de los trenes que viajan a mediodía entre Madrid y Barcelona, según confirmaron fuentes de Renfe, empresa que opera el AVE. Iniciado el viaje, fueron detectados por los interventores, tras lo que el convoy cursó un aviso al Centro de Seguridad de la compañía.
Ese departamento contactó con el Cuerpo Nacional de Policía, cuyos agentes se hicieron cargo de los tres polizones en la estación de Delicias, en Zaragoza, en la que el tren se detuvo poco antes de las cinco de la tarde.

"Algo que ocurre muy excepcionalmente"

Quedaron inmediatamente en libertad, tras ser sacados del recinto, ya que su conducta no supone ninguna infracción penal, aunque sí les conllevará una sanción por parte de Renfe. No opusieron ningún tipo de resistencia, ni al interventor ni a la Policía.
La compañía sospecha que accedieron al convoy por las vías de la estación de Atocha, ya que resulta prácticamente imposible superar sin billete los controles de acceso formales, en los que se revisa el tíquet y el equipaje se pasa por un escáner. “Es algo que ocurre muy excepcionalmente”, indica un portavoz oficial de Renfe, que resta importancia al episodio.
La opinión es más crítica en medios policiales. “Se subieron tres personas que solo querían viajar gratis hasta Barcelona, pero lo ocurrido pone sobre la mesa un fallo de seguridad tremendo que revela que en Atocha es posible subir al AVE sin pasar por los controles previos, ni ellos ni los equipajes que pudieran llevar”, señalan.

Una maleta con una hebilla con forma de granada

El episodio se producía poco después de que ese mismo día, sobre las diez de la mañana, la estación de Atocha fuera desalojada ante la inminente llegada de un AVE en el que alguien viajaba con una maleta en cuyo interior los escáner de Sants habían detectado algo que parecía ser una granada de mano.
Fue una falsa alarma, ya que el objeto sospechoso resultó ser la hebilla de un cinturón. Sin embargo, los Mossos d’Esquadra han iniciado una investigación para tratar de detectar eventuales fallos de seguridad en el control de los accesos al AVE en la capital catalana.
La falsa granada fue detectada por los vigilantes privados poco antes de las siete y media de la mañana. Nada más verla, interceptaron a uno de los viajeros que iba a acceder a los andenes del AVE. Sin embargo, ese objeto no estaba en su equipaje, sino en el de una pasajera que, ante la inminente salida de su convoy, para lo que le quedaban apenas diez minutos, recogió su maleta e inició el viaje sin que nadie le dijera nada.
La desaparición de la maleta sospechosa provocó momentos de caos en la estación, en la que fueron desalojados dos convoys al tiempo que la policía autonómica pedía a Renfe que interrumpiera la circulación de AVEs por Sants hasta nuevo aviso.

“Es un sistema inoperante”

Los vigilantes habían comunicado la incidencia al Centro de Seguridad de Renfe, que puso los hechos en conocimiento de los Mossos d’Esquadra pasadas las ocho de la mañana. Faltaba más de hora y media, hasta las 9.40, para que las pesquisas concluyeran que la maleta había salido en el tren de las 7.40.
Cuando los Mossos alertaron a la Guardia Civil y al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), el tren circulaba a la altura de Alcolea del Pinar, en Guadalajara, a 140 kilómetros de Madrid tras haber recorrido más de 500 con la maleta sospechosa a bordo.
"Es un sistema inoperante. Se ha demostrado que entre el momento en el que los vigilantes descubren una incidencia y cuando las fuerzas de seguridad reciben la primera alerta la gente puede subir al tren y comenzar el viaje con el objeto sospechoso", explican fuentes policiales, que critican la privatización de servicios de seguridad en complejos como estaciones y aeropuertos.
La operativa lógica ante una situación de este tipo, explican las mismas fuentes, es detener el AVE en el primer apeadero por el que circula, desalojarlo, identificar a quien llevaba el paquete sospechoso y tratar de interceptarlo, sin que el convoy llegue a detenerse antes en una estación.

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