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jueves, 3 de enero de 2019

2019, tendencias que marcarán la Seguridad en Eventos

Carlos Moreno Clemente

 No es algo nuevo que se hable de seguridad en eventos. De hecho, prácticamente cualquier información relacionada con un gran evento acaba incluyendo alguna referencia a la seguridad del mismo. No parece que en 2019 eso vaya a cambiar, pero sí que se observan algunas tendencias que serán relevantes en la planificación de la seguridad de los eventos: la erradicación de la violencia sexual, las nuevas tecnologías de seguridad y un aumento de la comunicación sobre seguridad.

1. Eventos sin agresiones sexuales, empoderamiento femenino

En los últimos meses hemos visto la necesidad de hacer frente a un problema existente como es el de las agresiones sexuales y sexistas en el marco de los eventos. Sin duda, el movimiento social iniciado y una consciencia colectiva sobre una realidad que debe cambiarse, será también tendencia en la seguridad de los eventos. Tanto los organizadores de eventos como los responsables de la seguridad de los mismos deberán tomar medidas para reducir el número de agresiones que se producen en ellos. Y no estamos refiriéndonos solo a agresiones a mujeres, sino que deberá considerarse cualquier acción que vaya en contra de la libertad sexual.
En 2018, hemos conocido ya iniciativas en espacios de ocio y festivales, muchas acompañadas por el apoyo de las instituciones y la administración, pero todavía queda mucho camino por recorrer. En una encuesta reciente en el Reino Unido, se identificó que el 22% de los asistentes a festivales señalaban haber sufrido agresiones de carácter sexual o acoso en los mismos. En esta misma encuesta, si se analizan los datos de las mujeres asistentes menores de 40 años, la cifra aumenta hasta el 43%.
A modo de ejemplo, las fiestas de San Fermín de 2018 supusieron un punto de inflexión cuando, frente a las imágenes y hechos de años anteriores, mostraron la capacidad de empoderamiento de la mujer, junto con la innegociable necesidad de disfrutar del evento sin miedo. Campañas como “No es no” empujadas desde el Ayuntamiento de Madrid como parte de los consejos para los actos de San Isidro, mostraban la necesidad de unas “fiestas libres de violencias machistas” subrayando que era “cosa de todos y de todas”. En Barcelona, el eslogan evolucionó hacía un “Solo sí es sí” y durante las fiestas de la Mercè se realizó una importante campaña de sensibilización, así como la ubicación de puntos de información y atención en caso de acoso o agresión, con el fin de “fomentar un tiempo de ocio libre, respetuoso e igualitario”. Importantes festivales musicales, como MadCoolFIBArenal Sound Sónar, también han llevado a cabo iniciativas relacionadas, incluyendo la creación de los llamados ‘puntos violetas’. En todo el mundo, muchos eventos han adoptado políticas concretas de tolerancia cero y también han contado con equipos dedicados de asistencia social y líneas de atención telefónica. Gracias a iniciativas como el movimiento #MeToo ('Yo También'), más personas han comenzado a hablar sobre el acoso en los espacios públicos.
Sin duda, el 2019 nos traerá una mayor visibilización del problema y la puesta en marcha de más medidas en más eventos, en pro de una mayor seguridad para todos. Pero, como casi siempre ocurre, sin una correcta formación será difícil prevenir este tipo de delitos. Por tanto, será necesario abogar por la necesidad de formar al personal operativo y de seguridad, para saber cómo anticiparse, detectar, y actuar frente a la violencia sexual.
Uno de los retos para todos -organizadores, personal de seguridad, staff, asistentes, etc.- del próximo 2019 será, siempre desde la inclusión de la perspectiva de género, la tolerancia cero frente a la violencia sexual en eventos.

2. Nuevas tecnologías de seguridad adaptadas a eventos

Los avances tecnológicos en materia de seguridad que han ido poniéndose de relieve en los últimos meses, pasarán a ver su plena implementación a lo largo de 2019 en el sector de los eventos. Las necesidades específicas de los eventos requieren que la tecnología se adapte a ellos, permitiendo su normal desarrollo y, en algunos casos, casi exigiendo que la seguridad se muestre casi ‘invisible’.
Los controles de acceso a los eventos verán la llegada de nuevos equipos que permitirán aumentar su capacidad para securizar un evento. A lo largo de 2018 mucho se ha hablado de reconocimiento facial y de su utilización por parte de las administraciones y las fuerzas de seguridad para un mayor control de la población, pero, ¿hacia dónde avanza el recocimiento facial en eventos? Vaticinarlo es difícil, puede ser hacia una simple y lenta evolución del propio ticketing o del proceso de acreditación, pero puede llegar mucho más lejos en un breve periodo de tiempo. De hecho, hace algunos días se desvelaba que la cantante Taylor Swift había utilizado mecanismo de reconocimiento facial para detectar acosadores identificados en uno de sus conciertos. Al pasar por una carpa donde se mostraban vídeos de la cantante, los rostros eran escaneados y se realizaba la consulta contra una base de datos de acosadores, sin que ello fuera notificado a los asistentes. Algo que también muestra otro de los problemas que veremos en 2019, como es la protección de datos personales.
En el camino de los Juegos Olímpicos de Tokyo en 2020 conoceremos más detalle sobre la implementación de los controles faciales anunciados. Los japoneses son conscientes de la necesidad de que dichos procesos no demoren el tiempo de acceso, algo clave en los eventos. En la misma línea, ya estamos viendo en el mercado nuevos productos que permiten un escaneo en búsqueda de posibles armas o explosivos en los asistentes, sin necesidad de detenerse ni de pasar por los habituales arcos o máquinas de rayos X.
También de drones en eventos seguiremos hablando en 2019. Aparecieron para proporcionar imágenes espectaculares con ángulos casi imposibles, pero en los últimos meses ya hemos visto como están siendo utilizados por las fuerzas y cuerpos de seguridad para controlar los eventos, tanto a nivel general como hasta para recuperar ropa robada a un asistente de un festival si es necesario. En los próximos meses, es probable que se vean y empiecen a ser utilizados como una herramienta poderosa para la toma de decisiones operativas respecto a la gestión de multitudes, combinadas con otras técnicas de simulación. Y, de nuevo, tras lo ocurrido en el aeropuerto de Gatwick, surgirá la duda:¿estamos preparados para el ataque de un dron?

3. Comunicación de la seguridad: no hay evento sin móviles

Parece algo obvio, pero los teléfonos móviles, tablets o wearables ya son una extensión más de cada uno de nosotros. Por tanto, no deberemos olvidar que los asistentes a un evento cuentan con una herramienta de comunicación en sus manos y es por ello que probablemente su vinculación con la seguridad vaya en aumento.
En este sentido, es esperable que la comunicación a través de las redes sociales u otros mecanismos de comunicación digital sobre temas de seguridad crezca en la misma línea que lo está haciendo ahora. Las medidas de seguridad de un evento -así como cualquier información que pueda ser de interés para el asistente en relación a movilidad, transporte, meteorología, etc.- pueden ser comunicadas de marera directa, constante y a tiempo real a los asistentes, generando eventos más seguros y experiencias más confortables.
Por otro lado, hemos visto también que los tiempos han cambiado y que la sociedad prefiere comunicar un incidente de seguridad en un evento antes por Twitter que por una llamada de teléfono a los servicios de emergencia. Será todo un reto, pero si se ponen los mecanismos necesarios de análisis y gestión de esa información de las redes y se implementan iniciativas como la aplicación AlertCops durante la Tomatina para proporcionar información ante cualquier posible amenaza, estaremos ante un futuro en que la seguridad se verá reforzada gracias a la inteligencia colectiva

Carlos Moreno es codirector del Congreso de Comunicación y Seguridad en Eventos, doctorando en la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Dirección de Seguridad Privada en la Universidad de Barcelona.

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