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jueves, 4 de abril de 2019

AROUSA, UGT denuncia que los vigilantes del hospital se enfrentan sin protección a 400 incidentes anuales



En enero de este año, el cajero automático del Hospital do Salnés se esfumaba como por ensalmo. Alguien se introdujo de madrugada por una de las ventanas del área de administración, es de suponer que abrió las puertas del complejo a algún compinche y entre los dos se llevaron el aparato sin que nadie se percatase de ello.
Este incidente sirvió de argumento para que representantes de UGT se reuniesen ayer con los vigilantes que prestan sus servicios en el centro médico de Rubiáns. Y el sindicato pudo comprobar que lo ocurrido tiene una explicación: «Hay un déficit muy importante, tanto de medios de protección como de medios humanos».


La central recuerda que el hospital comarcal recibe diariamente a un elevado número de usuarios, que normalmente van acompañados. Según sus cálculos, los episodios más o menos violentos a los que los vigilantes deben enfrentarse superan los cuatrocientos cada año.
Lo hacen, denuncia la UGT, «sin ningún tipo de protección personal, como guantes anticorte, espray de gel o chalecos antitrauma, de los que sí se ha dotado a otros centros de la provincia».
El sindicato llama la atención sobre el hecho de que un solo operario de seguridad controle el centro en cada turno de trabajo y reclama una reunión con el Sergas.

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