Las comunidades de vecinos optan por el sistema de seguridad por su efecto disuasorio y su bajo coste
Cada vez más comunidades de vecinos intentan proteger sus instalaciones con dispositivos de videovigilancia, que se extienden como una mancha de aceite por los portales de la ciudad.
Primero porque se trata de un sistema de seguridad asequible, ronda los 600 euros de media, y segundo, porque al desaparecer la figura de los antiguos porteros nadie controla la entrada de vándalos o delincuentes en los recintos privados.
Las cámaras se colocan tanto en los portales como en los garajes, algo que sobre todo se ha visto necesario en las últimas semanas después de las oleadas de robos y daños registrados en varios aparcamientos de Salamanca, en los que los delincuentes han roto
cristales y sustraído bienes seleccionando previamente el tipo de vehículo, ya que han dañado Mercedes y Volkswagen Golf fundamentalmente.
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