Casi 6.000 enfermos con el Covid-19 ingresados en los hospitales españoles, la gran mayoría, en los públicos.
De ellos, unos 800 en la UCI: su estado es grave o muy grave. A estos datos hay que sumar los enfermos por distintas patologías diferentes al coronavirus que también se encuentran en las unidades de cuidados intensivos. El resultado es una situación caótica difícil de gestionar, con profesionales al borde del colapso, con carencias muy importantes de recursos tanto materiales (desde batas, gafas, mascarillas a respiradores, indispensables para los pacientes de Covid-19) como de espacio físico para poder atenderles. Esto, hoy por hoy, cuando se sabe que lo peor está por llegar.
Este es el panorama en el que se encuentran los hospitales españoles y, especialmente, las unidades de cuidados intensivos (UCI), que literalmente están al límite en determinados territorios. El coronavirus lleva al 42% de los contagiados positivos a ser ingresados (casi 6.000), de los que el 5,7% termina en la UCI al agravarse su estado de salud. Si la cifra de diagnosticados crece una media diaria del 20%, como está ocurriendo estos días, puede ser que estos porcentajes no varíen, pero sí el volumen de pacientes graves que atender. La semana pasada, el Centro Europeo de Control de Enfermedades ya advirtió que, antes de finales de marzo, muchos países europeos tendrían problemas de saturación de sus UCI.
“El escenario que se dibuja es desolador: varios miles de pacientes que precisen cuidados intensivos. ¿Cómo lo vamos a hacer?”, clama un médico intensivista de un hospital madrileño. En los hospitales públicos españoles hay un total de 4.627 camas de UCI (casi 700 en Madrid y en este momento hay casi 500 por el Covid-19).
El responsable del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, reconoce el colapso en cuidados intensivos, aunque esta situación no es homogénea en España. Los grandes problemas se centran en las comunidades con un gran número de casos como Madrid y País Vasco, y en algunos puntos concretos de Valencia, Castilla y León y Castilla-La Mancha. En estos lugares ha habido brotes “muy fuertes” en residencias de mayores y el Covid-19 ha atacado sin contemplaciones a la población más vulnerable, a los mayores con enfermedades crónicas. Aislados en el interior de las residencias, la infección se ha extendido sin piedad. Los datos que se extraen de la epidemia en China revelan que la letalidad del coronavirus en mayores de 80 años es de casi el 15%.
El propio Simón indicó ayer que los técnicos están estudiando distintas opciones para paliar la saturación de las UCI y poder atender la demanda de pacientes que se avecina. “No se descarta ninguna opción”, insistió, mientras repetía que las UCI están soportando “un nivel de tensión hasta ahora no conocido”.
Entre estas opciones, la reorganización de los hospitales, despejando plantas para los enfermos del Covid-19. También se trabaja con el Ministerio de Defensa para poder utilizar sus instalaciones y medicalizarlas de manera adecuada, así como las de otros edificios no sanitarios (Madrid está adecuando hoteles y en Catalunya se está estudiando). También aumentar el número de profesionales sanitarios. Ya se han prorrogado los contratos de los MIR y se cuenta con un registro de médicos que no han obtenido plaza de residente para poder contratarlos para reforzar a los centros que sea necesario. Otra opción es echar mano de los médicos militares y de los jubilados (en Igualada ya se ha movilizado a algunos).
Pero, como apuntan los datos, la situación no es igual en todo el territorio, aunque las previsiones indican que se llegará a los niveles de saturación en breve. En Catalunya, el momento no es crítico aún. Los hospitales Vall d’Hebron, Clínic, Sant Pau o Germans Trias i Pujol de Badalona no tienen saturadas sus UCI por ahora.
Los hospitales catalanes llevan a cabo una reorganización de los centros para dejar espacio a los enfermos graves. Así, cuando las camas habitualmente disponibles de cuidados intensivos se han ido llenando, se han adecuado otros espacios para estos enfermos más críticos (no sólo los hay de coronavirus, también cardiovasculares...).
El hospital barcelonés de Sant Pau está recuperando pabellones de su antiguo recinto modernista, como la Escola Universitària d’Infermeria, donde han habilitado salas de camas de hospitalización, en una imagen que recuerda la pandemia de gripe de 1918. Según un portavoz, son medidas para estar preparados, pero de momento no están saturados y no es necesario trasladar a ningún enfermo fuera del hospital nuevo.
Cada hospital se organiza según su situación. Según fuentes de distintos centros consultados, primero el Covid-19 se empezó a tratar en los servicios de enfermedades infecciosas, más los casos que llegaban a urgencias, y la paulatina demanda asistencial ha hecho que vayan interviniendo otros servicios, desde neumología, que actúa como ampliación de los infectólogos, hasta los anestesistas que “doblan” a los de medicina intensiva.
Las autoridades sanitarias insisten en que lo que viene es peor y hay que estar preparados. Los materiales de protección y los test de diagnósticos que escasean en la gran mayoría de los hospitales llegarán desde China en las próximas 48 horas (ya han empezado a llegar mascarillas) y eso ayudará a reducir el estrés añadido de los profesionales sanitarios.
La avalancha de casos se espera para los próximos días. Pero las cifras de hoy son importantes: 14.678 casos, 640 muertos, más de 800 ingresados en las UCI. Madrid sigue descontrolada: 5.637 casos y 491 muertos. Catalunya sigue imparable sus pasos: 2.702 casos (ayer 836 más que 24 horas antes), 92 en la UCI y 55 fallecidos. 228 profesionales sanitarios están contagiados, 91 de ellos del brote de Igualada. El 56% de los casos en España se concentran en ambas comunidades.