jueves, 11 de octubre de 2018

Drones, seguridad y eventos

La irrupción de los drones en nuestra sociedad, tanto a nivel profesional como para uso recreativo, supone nuevos retos y oportunidades para el sector de los eventos y la seguridad. El uso de drones para la obtención de imágenes aéreas para la retransmisión de un evento o con funciones más creativas, o bien para garantizar la seguridad y las operativas del evento, se ha popularizado, especialmente en eventos al aire libre.
La utilización de aeronaves pilotadas por control remoto o RPAs (Remotely Piloted Aircraft) se ha ido extendiendo en los últimos años mientras también lo hacía la necesidad de mayor control y regulación por parte de las autoridades. En numerosos países, el uso de los drones está siendo regulado, como ha ocurrido en España tras la entrada en vigor del Real Decreto 1036/2017.
A nivel policial, los drones llevan algunos años siendo utilizados con diferentes funciones y, más recientemente, en grandes eventos para añadir un elemento adicional de seguridad. El control de multitudes en grandes espacios desde un punto de vista aéreo proporciona una gran capacidad de inteligencia operacional; en cierto sentido, los drones pueden acabar sustituyendo en determinados usos a los helicópteros policiales ya que, además de resultar más económicos, pueden incluso acercarse más a las zonas a controlar.
La ‘vista de pájaro’ que puede ofrecer un dron permite un mayor análisis del comportamiento de una multitud y observar si, operacionalmente, la planificación del evento se está cumpliendo. Por tanto, pueden ser de gran apoyo para analizar cómo se está produciendo la llegada o la salida de los asistentes, las zonas de mayor densidad de ocupación, el perímetro, e incluso aportar visión sobre puntos donde las cámaras de un CCTV o el personal de seguridad no pueden llegar. Sin duda, estos puntos permiten una mejor capacidad en la toma de decisiones, gracias a este apoyo audiovisual. No es de extrañar que en uno de los eventos tecnológicos más relevantes, el Mobile World Congressde Barcelona, la tecnología dron sirviera de apoyo para los Mossos d’Esquadra, en el primer evento en que un cuerpo policial se coordinaba con AENA ENAIRE para poder operar hasta 4 drones, pudiendo ofrecer así imágenes en tiempo real al centro de coordinación.
La popularidad de la tecnología también obliga a remarcar ciertas restricciones, como en el caso de la final Super Bowl de 2017, celebrada en Houston. Este ejemplo resulta interesante ya que la Administración Federal de Aviación estadounidense estableció una ‘No Drone Zone’ y no permitió el uso de RPAs en un radio de 35 millas alrededor del estadio, llegando incluso a lanzar vídeos en los que se recordaba al asistente que trajera su camiseta ‘talismán’, pero el dron en casa para hacer un partido más seguro para todos. Curiosamente, los drones sí se pudieron ver al servicio del espectáculo, cuando 300 drones crearon la bandera estadounidense durante la actuación de Lady Gaga en la media parte del encuentro, aunque no lo hicieron en directo. Posteriormente, se han podido ver más eventos en los que los drones han vuelto a ser protagonistas como durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, en PyeongChang, cuando más de 1.200 drones formaron, entre otras, las formas de los anillos olímpicos.
En línea con lo establecido en Houston, también para otro tipo de eventos no deportivos se han creado restricciones y se han realizado llamamientos a los asistentes para evitar el uso de drones, tal y como ocurrió durante la visita del Papa Francisco a diferentes ciudades de Colombia“con el fin de velar y garantizar la seguridad del Sumo Pontífice y de los asistentes a los actos litúrgicos que se ofrecerán en cada ciudad”, con una campaña basada en el hashtag: #DejaTuDronEnCasa.
Cuando los drones son puestos al servicio del evento en funciones no propias de seguridad, como en el caso de una filmación o como parte del propio espectáculo audiovisual, se deben considerar determinados factores para reducir riesgos. En el pasado Congreso de Comunicación y Seguridad en Eventos, el especialista Antonio Sousa apuntaba la necesidad del “uso del modelo SHELL (Software – Hardware – Environment – Liveware) en la planificación previa al vuelo, el análisis de riesgos y la implementación de medidas mitigadoras en los supuestos de tolerabilidad no admisible”. Sousa también recordaba que el ‘factor humano’ era la principal causa o desencadenante los accidentes. Algunos de los factores más relevantes en el uso de drones para eventos son:
Proximidad de personas. Una aproximación excesiva a los asistentes o a los protagonistas de un evento puede conllevar un elevado riesgo de accidente ya que, en algunos casos, no se es consciente del potencial daño que pueden llegar a causar los mecanismos de los RPAs. En los eventos musicales, los propios cantantes han llegado a ‘jugar’ con el dron y se han producido accidentes como en 2015, cuando el cantante Enrique Iglesias intentó coger un dron con la mano, resultando herido en varios dedos de la mano. Afortunadamente, no se produjeron heridos en el concierto de Muse en el O2 Arena de Londres cuando un dron que simulaba una nave espacial acabó cayendo sobre el público que escuchaba los temas de su disco titulado, precisamente, ‘Drones’.
Lanzamiento de objetos. Las producciones de los eventos pueden incluir lanzamiento de elementos como confetis o pirotecnia, etc. como parte del espectáculo y esto debe estar considerado en la planificación del uso de un dron. De la misma manera, hay que tener en cuenta que el público puede arrojar objetos o materiales desde su ubicación, con el potencial riesgo de alcanzar en su trayectoria al dron (de manera deliberada o no) como ocurrió en un partido en Argentina cuando un rollo de papel higiénico alcanzó a uno de ellos.
Condicionantes técnicos. Los vuelos de RPAs durante eventos deben tener en cuenta una serie de condicionantes técnicos que pueden afectar a su vuelo como pueden ser la presencia de inhibidores de frecuencia o interferencias producidas por la presencia de personalidades u otros usos policiales, la utilización de frecuencias de uso común que pueden estar saturadas por otros usos, la temperatura que puede afectar al rendimiento de la batería o el uso de aire acondicionado en espacios cerrados, entre otros. Si bien los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en 2014 sirvieron para que el mundo viera el potencial que tenían los drones para ofrecer planos espectaculares de los participantes, un año después durante la Copa del Mundo de Madonna di Campiglio también se pudieron ver sus riesgos cuando, probablemente debido a un fallo de la capacidad de la batería, un dron cayó muy cerca del esquiador Marcel Hirscher durante la prueba de slalom.

¿Existe el riesgo de ataque de un dron en un evento?

Hemos visto que la tecnología, especialmente si no requiere de una elevada inversión económica, también está al alcance de delincuentes y terroristas. Por tanto, los drones también pueden ser potencialmente utilizados por el terrorismo contra los eventos y es por ello que las autoridades y los cuerpos policiales están tomando medidas como las señaladas anteriormente para limitar su uso en grandes concentraciones o eventos de relevancia.
Europol señalaba en su informe TESAT de 2017, documento sobre la situación y tendencias del terrorismo, que la actual tendencia del uso de RPAs con artefactos explosivos en las zonas de conflicto de Siria e Irak podría “inspirar a otros yihadistas y expandir el uso de este tipo de táctica en otras áreas de operación”.
Durante la semana previa a la Super Bowl de 2017 se detectaron 12 incidentes con drones en los alrededores, según un informe del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos, entre los que destacaban el vuelo de un dron por parte de un líder de una banda de delincuentes, otro dron localizado en un registro o incidentes registrados durante la filmación de protestas. Afortunadamente, no se produjo ningún incidente durante el evento, aunque se dotaron de medidas en el estadio para repeler cualquier posible acción.
Conviene destacar que Daesh ha señalado en diversas ocasiones el Mundial de Fútbol de Rusia 2018 como un objetivo para realizar acciones terroristas. En este caso, incluso se ha llegado a difundir un vídeo donde aparece un dron al servicio de los terroristas con imágenes renderizadas con explosiones de diferentes recintos donde se celebra el evento deportivo mientras un cántico anuncia: “os estamos mirando, tenemos drones y atacaremos”. El gobierno ruso, además de las restricciones de vuelos en ubicaciones relacionadas con el evento, también ha desplegado tecnología militar para contrarestar cualquier acción no controlada de un dron.
Por tanto, es probable que en un futuro cercano veamos como medidas de seguridad contra el uso indebido de drones se convierten en habituales en determinados tipos de evento, si bien las soluciones siguen en continuo desarrollo. Entre ellas destacan los ‘cañones antidrones’ que provocan interferencias u obligan a descender, sistemas que permiten tomar el control de las aeronaves e incluso el no exento de polémica uso de aves rapaces por parte de algunas policías para capturar drones. En el contexto de un evento, la efectividad de cualquiera de estos sistemas deberá ser considerada teniendo en cuenta que, en la mayoría de ocasiones, la operatividad será más compleja por la presencia de numerosas personas.


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