viernes, 22 de febrero de 2019

Los mil trabajadores invisibles.

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Los 1000 trabajadores invisibles, ninguneados, irán al desempleo si nadie hace nada para evitarlo

Me resulta muy preocupante que a nadie le preocupe la posible desaparición de 1000 puestos de trabajo en este país. Y con esto me refiero a que esto no supone un resquemor en el mundo de los partidos, ni en el de los ideólogos, ni en el de los defensores a ultranza de los buenismos y de los populismos, ni en el de los medios sensacionalistas. A ninguno de ellos le parece de especial relevancia que en este país 1000 personas, con sus respectivas familias, se queden sin empleo de un día para otro. En lugar de eso, las noticias de actualidad están conformadas por la guerra santa entre partidos, los modelos de salvación, la falta de concordancia entre las ideas y los hechos, en términos políticos y etc. En ese escenario esta tragedia es invisible. La historia no tiene hueco para anotarla entre sus páginas. No obstante, la realidad se impone a pesar de todo: los vigilantes de seguridad que prestan servicio desde hace años en las prisiones van a ser sustituidos por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, sin más. Solo porque el ministerio del interior lo ha decidido, amén de haberse comprobado fehacientemente que estas personas cumplían fielmente con su trabajo y que no han generado ningún tipo de incidencias en el mismo. Pero para el debate público este hecho es invisible: las 1000 familias que tendrán que recurrir al desempleo no le importan a ninguno de los actores sociales involucrados en esta situación. El sindicato USO, a través de su federación de seguridad privada, va a emprender una campaña de concentraciones en las prisiones de toda España para gritar la gravedad del problema y para exigir una solución inmediata. No puede concebirse semejante abandono de un colectivo tan amplio que lleva décadas demostrando su competencia en infraestructuras críticas, en edificios y administraciones públicas, y en diferentes destinos del tejido empresarial. Un colectivo tan amplio se merece un trato diferente y una consideración mayor pues los trabajadores de este sector son los responsables de salvaguardar la seguridad de las personas que tienen bajo su zona de protección. ¿Qué va a ser ahora de ellos y de sus hijos? ¿Le preocupa esto a alguien? ¿Algún ente de poder va a reflexionar unos minutos sobre ello o va a preferir entretenerse con el texto de los azucarillos del café? ¿Alguna vez se va a tomar en serio esto por parte de alguna administración o no?

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