La operación salida de las vacaciones de verano transcurrió sin incidencias y de forma escalonada. Pero la operación retorno se antoja complicada.
Además de enfrentarse a un calendario enrevesado -el final de agosto cae este año en sábado- los miles de viajeros que se desplazarán en las próximas semanas por España tendrán que lidiar con una avalancha de huelgas en estaciones y aeropuertos.
Y es que a los paros programados hace semanas por el sindicato CGT en Renfe (para el 30 de agosto y 1 de septiembre) y la huelga indefinida que mantienen desde principios de mes los vigilantes de seguridad del aeropuerto de El Prat se han unido en las últimas semanas nuevas protestas.
La más preocupante, a día de hoy, es la convocada por los tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair para los días 1, 2, 6, 8, 13, 15, 20, 22, 27 y 29 de septiembre. Las movilizaciones, que se producirán todos los viernes y domingos del mes que viene, están motivadas por la decisión de la aerolínea de bajo coste de cerrar las bases de Gran Canaria, Tenerife Sur y, quizás, Gerona.
La más preocupante, a día de hoy, es la convocada por los tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair para los días 1, 2, 6, 8, 13, 15, 20, 22, 27 y 29 de septiembre. Las movilizaciones, que se producirán todos los viernes y domingos del mes que viene, están motivadas por la decisión de la aerolínea de bajo coste de cerrar las bases de Gran Canaria, Tenerife Sur y, quizás, Gerona.
El martes pasado, sindicatos y empresa mantuvieron una reunión de mediación que evidenció lo distanciadas que están en este momento ambas partes. Los representantes de la «low cost», de hecho, llegaron45 minutos tarde a la cita.
«La empresa ni siquiera ha facilitado datos sobre el cierre de estas bases, el número total de trabajadores afectados, ni el destino de estos», explicó tras el encuentro el secretario de Organización del sindicato USO en Ryanair, Jairo Gonzalo. No es descartable, sin embargo, que ambas partes vuelvan a reunirse antes de que se produzcan los paros.
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Los pilotos de la compañía aérea también estudian realizar protestas en España.
El 90% de los comandantes de la compañía ha apoyado, en una votación que concluyó ayer, ir a la huelga si la empresa de bajo coste no cumple sus reivindicaciones. No obstante, la intención de los trabajadores en este caso es reunirse con la «low cost» antes de convocar nuevas movilizaciones.
El Prat y Barajas
Pero el conflicto laboral de Ryanair no es el único que amenaza los aeropuertos españoles. El personal de tierra de Iberia ha convocado huelgas en Adolfo Suárez-Madrid Barajas y Barcelona-El Prat.
En el caso del aeródromo catalán, las protestas abarcarán este fin de semana (sábado 24 y domingo 25) y el que viene (viernes 30 y sábado 31). UGT ha sido el impulsor de estas movilizaciones que, según el sindicato, buscan «acabar con la falta de personal, la falta de estabilidad de la plantilla, el exceso de carga de trabajo, el abuso de las horas extraordinarias de obligado cumplimento y la reorganización de turnos para conciliar la vida familiar y laboral».
La organización de trabajadores se reunió con la compañía el martes en una mediación, pero no lograron llegar a un acuerdo. Y este desencuentro motivó en parte que, ayer mismo, el personal de tierra de Iberia en el aeropuerto de Barajas decidiera sumarse a los paros previstos para los días 30 y 31 de agosto. Por si fuera poco, los trabajadores del aeropuerto de Bilbao aseguran que también irán a la huelga.
Pese a ello, Iberia ha tendido la mano a los sindicatos. Ayer afirmó en un comunicado que sigue «abierta al diálogo y a la negociación hasta el último minuto» y que hará «todo lo posible» para evitar estas reivindicaciones. La empresa ha destacado que la mayoría de las peticiones de los sindicatos están siendo ya tratadas en la negociación del XXI convenio colectivo del personal de tierra de Iberia, común en todos los aeropuertos en los que opera la firma.
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