martes, 26 de febrero de 2019

Prorrogados los contratos de los vigilantes de prisiones

El sindicato FTSP-USO va "aparcar" las protestas en el sector de la seguridad privada en las prisiones. La central asegura que "se han firmado prórrogas de estos contratos en los últimos días haste el 1 de enero de 2020".

Vigilante seguridad

Las movilizaciones habían empezado ante un plan del Gobierno para prescindir de operadores privados de seguridad en las cárceles.  Hasta ahora, se ocupan de labores auxiliares, como el control inicial de los familiares que visitan a los reclusos, aunque la vigilancia dentro de las cárceles es realizada por funcionarios de prisiones.

NEGOCIACIONES EN MARCHA
Ante el cambio de rumbo conocido tras el adelanto electoral, FTSP USO dice que no baja la guardia, pero que se abre un tiempo para el diálogo. 

"Procedemos a aparcar, que no a abandonar, las acciones reivindicativas en la calle, concentraciones o manifestaciones, dedicándonos en los próximos
meses a mantener diversas reuniones con los partidos políticos y  estamentos públicos para intentar consolidar a la Seguridad Privada en las Instituciones Penitenciarias de todo el Estado", anuncian en un comunicado.

lunes, 25 de febrero de 2019

Así fue el ataque de Al Qaeda a la misión española en Mali

Las Fuerzas Armadas frustraron un atentado contra la unidad militar en Koulikoro

No hubo que lamentar víctimas entre los españoles, encargados de la seguridad

Militares españoles repelieron el ataque terrorista contra el centro de adiestra

El contingente español desplegado en Mali sufrió ayer un ataque terrorista en la base de Koulikoro, sin que produjera ningún herido entre los militares desplegados allí, aunque dos soldados malienses tuvieron que ser evacuados para recibir asistencia sanitaria, según informaron a LA RAZÓN fuentes militares.
La primera acción se produjo pasadas las tres de la madrugada al explotar un coche bomba en el acceso principal a las instalaciones. Algo después se recibió fuego de fusilería dirigido hacia un segundo acceso, que se prolongó hasta pasadas las cuatro de la mañana.
Cabe destacar que el contingente español es el encargado de dar protección a la base, por lo que su intervención resultó fundamental para evitar males mayores y víctimas mortales.
En esa zona actúan diversas bandas yihadistas, entre ellas JNIM, integrada por la unión de varios grupos como Al Qaeda del Magreb Islámico, el MUJAO, Ansar el Dine y los Mourabutin, de Moktar Ben Moktar.
Así quedó el acceso a la base española en Mali tras el ataque
- Así quedó el acceso a la base española en Mali tras el ataque
Se trata de la franquicia de Al Qaeda más fuerte en estos momentos y, según algunos expertos, mantienen conversaciones con los integrantes del Estado Islámico en la zona con el fin de que se unan a sus filas.
El centro de entrenamiento atacado, el «Boubacar Sada Sy», está ubicado en Koulikoro, donde se halla el grueso del contingente español (unos 220 soldados), aunque también hay efectivos desplegados en el cuartel general de Bamako (alrededor de 30) y, según las necesidades del entrenamiento, en alguna de las siete localidades en las que se lleva a cabo la instrucción, incluidos bastiones yihadistas como Gao y Tombuctú.
Sánchez visitó esta misión
Fue precisamente este destacamento el elegido por Pedro Sánchez para su primera visita a las tropas desplegadas en el exterior desde que llegó al Palacio de la Moncloa. El encuentro se produjo el pasado 28 de diciembre, en el tradicional viaje del Gobierno con motivo de las fiestas navideñas. Allí visitó a los cerca de 250 militares que adiestran al ejercito maliense en la misión de entrenamiento de la UE (EUTM-MALI), en la que España estuvo al mando hasta el pasado mes de noviembre.
Nuestro país ha ido aumentando progresivamente desde 2013 su contingente en el operativo, al que contribuyen 25 países europeos.
En mayo murió en el país africano el soldado de Infantería de Marina Antonio Carrero Jiménez y otros dos soldados resultaron heridos al salirse de la carretera el vehículo en el que viajaban, en un convoy en la localidad de Somadougou. El pasado 28 de diciembre, el Consejo de Ministros prorrogó la participación española en EUTM Mali por un año, al extender hasta diciembre de 2019 las misiones españolas de mantenimiento de la paz.

Los vigilantes de seguridad están dejando de pedir el billete a inmigrantes por miedo

Las acusaciones de racismo por sucesos como el de la estación de Sants están provocando que algunos no actúen cuando detectan irregularidades en pasajeros extranjeros

Resultado de imagen de renfe seguridad

El sector de trabajadores de la vigilancia privada que desarrollan su actividad en medios de transporte se muestra estos días muy preocupado por lo que consideran una “degradación de su imagen” a costa de varios incidentes registrados en los últimos meses, en los que se vieron involucrados vigilantes e inmigrantes.
El pasado mes de octubre, por ejemplo, Renfe abrió una investigación tras la aparición en redes sociales y medios de comunicación de un vídeo en el que tres vigilantes de seguridad desalojan por la fuerza a un inmigrante.
Según la versión de los vigilantes, el joven se negó a enseñar su título de viaje a los vigilantes alegando que ellos no podían solicitárselo y que esta era tarea exclusiva de los revisores de Cercanías. Acusó a los trabajadores de seguridad de actuar movidos por el racismo, y esa acusación se trasladó también a los medios.
La pasada semana tuvo lugar un incidente similar en la estación barcelonesa de Sants. El vigilante exigió la documentación a un inmigrante al que había visto forzar los tornos de salida de la estación -síntoma de que podría viajar sin billete-.
La discusión, grabada en vídeo, acabó filtrándose a través de una plataforma contra el racismo. El vigilante fue apartado y la empresa prestataria del servicio, Ombuds, sancionada por Renfe.
Estos dos casos, tal y como admiten trabajadores del sector a ECD, “son solo la punta del iceberg”. Y es que, como aseguran, este tipo de situaciones “se viven cada día en toda España. Raro es tener un compañero que no haya tenido una bronca” similar a las descritas.
“Muchos nos hemos replanteado nuestra forma de actuarcuando la persona a la que debemos dirigirnos es un extranjero de cualquier raza que no sea blanca” admite un vigilante que lleva más de una década prestando servicio alternativamente en el Metro de Madrid y en estaciones de Cercanías.
Y es que, como advierten, “algunos compañeros pasan directamente si ven a un inmigrante saltándose un torno,porque saben que si actúan la situación puede volverse en su contra”.
“Nos graban constantemente con el teléfono, en cuanto te acercas a un extranjero para pedirle con buenos modales que te muestre su ticket, ya hay uno o varios viajeros sacando el móvil para grabar la escena. Y claro, ahí empiezan los problemas porque el inmigrante se viene arriba. Al final, no puedes hacer nada porque ya te empiezan a llamar racista y fascista. La situación es insostenible, es imposible que realicemos nuestro trabajo” relatan.
Otros profesionales del sector, que desarrollan su actividad para el Metro de Barcelona, aseguran que también ellos están grabando con el teléfono algunas situaciones que se registran “impunemente” en estaciones céntricas de la ciudad y en las que “ya no podemos actuar”.
Hablan, en concreto, de unas imágenes que no quieren difundir “por temor a represalias” -e incluso a perder su trabajo- en las que se vería a decenas de manteros accediendo al metro saltándose los tornos de acceso. Un vídeo con escenas que “ya se han convertido en algo cotidiano. Aquí hay una parte de los pasajeros que no tienen las mismas obligaciones que el resto, pero sí más derechos. Por ejemplo, a no ser interpelado por un vigilante de seguridad” denuncian.
Advierten, además, que no se sienten respaldados por las empresas contratistas del servicio que “ante cualquier incidente culparán al trabajador, ya que están instaladas en el miedo de lo políticamente correcto”.

domingo, 24 de febrero de 2019

LA COMUNIDAD DE MADRID PASA DE LA SEGURIDAD DE LOS VIGILANTES DE METRO: VEAN LA RESPUESTA DEL GOBIERNO REGIONAL



En los últimos meses se han multiplicado las agresiones contra vigilantes de seguridad en la red de Metro de Madrid. Hubo incluso un ‘secuestro’ ferroviario, llevado a cabo por varios grafitteros, que dejó en evidencia la falta de seguridad existente en el suburbano. Ante estas circunstancias, la Comunidad de Madrid vuelve a ponerse de perfil. 
Los vigilantes de seguridad no son personal de Metro de Madrid, son íntegramente personal contratado mediante empresas de seguridad externa”. Esa es la respuesta del gobierno regional de Ángel Garrido cuando se le pregunta (Clara Serra, Podemos) por los derechos laborales y la salud de los vigilantes del metro. 
Ilunion, Trablisa, Segurisa y Ombus son las cuatro empresas privadas que gestionan la vigilancia del Metro de Madrid. Cuatro compañías que han sido denunciadas por sus propios trabajadores ante la falta de seguridad que sufren los vigilantes. Una denuncia que ha sido admitida a trámite y que espera inminentemente la apertura de la vista oral. 
Los vigilantes demandan la presencia de chalecos anti-trauma y anti-pinchazos así como guantes anti-cortes. Junto a una mejora del material, los encargados de velar por la seguridad en el suburbano piden la contratación de más vigilantes que permita reducir el riesgo que conlleva realizar una jornada en solitario. 

sábado, 23 de febrero de 2019

Un informe de Interior encargado por Renfe concluyó que los vigilantes pueden pedir billetes a los pasajeros


La compañía acaba de sancionar a un agente que exigió el título de viajero a un inmigrante en la estación de Sants

Vigilante de Renfe en Sants.



En los últimos meses se han registrado polémicos incidentes a bordo de trenes cuando miembros de la seguridad privada han pedido el billete a inmigrantes y estos se han negado a enseñarlo, alegando que entre sus cometidos no se encuentra el de pedir el ticket de viajero.  Por ejemplo, en este vídeo difundido hace meses por ‘Eldiario’:
Un informe de Interior encargado por Renfe concluyó que los vigilantes pueden pedir billetes a los pasajeros
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Esos incidentes, mediatizados a través de vídeos del momento subidos a las redes sociales, han tenido una enorme repercusión social. El último de ellos, registrado en la estación barcelonesa de Sants, mostraba a un vigilante de seguridad exigiendo la documentación a una viajero de color. Al parecer, el agente habría sido testigo de cómo esta persona había saltado los tornos de acceso.


La reacción de Renfe llegó apenas un día después en forma de comunicado. Se anunciaba que el vigilante había sido apartado y la empresa prestataria del servicio, Ombuds, sancionada por la operadora.


Según la nota de Renfe, la decisión sobre Ombuds se basa en “el comportamiento de uno de sus vigilantes de seguridad con un viajero en la estación de Sants”. “Además de la posible sanción, en el momento en el que se ha tenido conocimiento de los hechos, Renfe ha exigido a Ombuds que aparte de forma inmediata al vigilante del servicio de Renfe”.


Añade la compañía que “Renfe rechaza cualquier tipo de actitud discriminatoria por
En el momento en que cualquier empresa firma un contrato con Renfe además de prestar el servicio con la calidad de acuerdo con lo contratado, se le exige respeto y educación con los ciudadanos que utilizan nuestros servicios”.


Un portavoz oficial de Renfe asegura a ECD que la decisión se tomó por "la actitud, trato vejatorio y falta de respeto de un vigilante" a un viajero.


Sin embargo, desde la plataforma sindical a la que está adscrita el viajero, ‘Alternativa Sindical’, aseguran que el vigilante estaba realizando su trabajo tal y como está recogido en la ley de Seguridad Privada vigente y según las atribuciones que son correspondientes a su puesto. Y entre ellas, la petición del título de viaje.

Interior validó este tipo de prácticas

Según ha podido saber Confidencial Digital, Renfe realizó una consulta al respecto a la Unidad Central de Seguridad Privada en el año 2013. Se quería conocer la opinión de esta unidad, dependiente del Ministerio del Interior, sobre la legalidad de que sus vigilantes puedan exigir la presentación del título de viaje a los pasajeros.


El informe de la UCSP, con número 2013/038, no es un documento vinculante y es puramente informativo, tal y como refleja el propio documento. Sin embargo, admite que la ley 23/92 de 30 de julio de Seguridad Privada habilita a los vigilantes a realizar este tipo de actuaciones.


“A tenor de la normativa expuesta, los vigilantes de seguridad en su misión de evitar la comisión de actos delictivos, incívicos o vandálicos en relación con el objeto de su protección, cuando existan indicios racionales o se tengan fundadas sospechas de que un viajero carece de título de transportepodrán solicitar el título de viaje e identificar al viajero en cuestión, solicitándole su documentación personal, comunicándolo al correspondiente servicio de Intervención para su eventual sanción” concluye el documento al que ha tenido acceso ECD.


Informe de interior
Informe de interior

Dos vigilantes de seguridad auxilian a una mujer agredida sexualmente en un bar




Dos jóvenes de 25 y 23 años han sido detenidos por la Ertzaintza en San Sebastián por agredir a los agentes que los interceptaron tras haber protagonizado una trifulca en un bar en el que uno de los arrestados realizó presuntamente tocamientos sexuales a una mujer, ha informado el Departamento vasco de Seguridad.
Los hechos sucedieron sobre la 1.30 horas de la madrugada del domingo, cuando un ertzaina libre de servicio, junto con otros testigos, observaron cómo dos hombres molestaban y amedrantaban a una mujer en el interior de un bar de San Sebastián.
Los testigos observaron también que uno de ellos abuso sexualmente de la mujer al realizarle tocamientos, momento en el que una camarera salió en auxilio de la clienta.
Los dos hombres se enfrentaron entonces con la camarera y con dos vigilantes de seguridad de local que acudieron a expulsarlos.
En el exterior, uno de los implicados rompió un vaso contra la fachada del local y esgrimió el vidrio de forma amenazante antes de fugarse, aunque fue interceptado en la calle Campanario por el ertzaina fuera de servicio y por una patrulla, a la que se enfrentó con patadas y manotazos hasta que fue reducido y detenido.
El segundo sospechoso fue también localizado en las inmediaciones del bar y profirió amenazas de muerte contra los agentes, contra los que se abalanzó, por lo que fue detenido acusado, al igual que el otro arrestado, de atentado a los agentes.
A este segundo detenido se le imputa también un delito de abuso sexual por los tocamientos infligidos a la mujer en el bar.
Los dos arrestados, que cuentan con antecedentes delictivos, serán puestos próximamente a disposición judicial.

¿Cuáles son las diferencias entre “cachear” y “registrar”?



Aunque para la Real Academia Española, las palabras “cacheo” y “registro” son prácticamente sinónimos, jurídicamente tienen un tratamiento distinto. ¿Cuál es ese tratamiento? Aquí se lo explicamos.
La diferencia entre ambos conceptos consiste en la finalidad. El cacheo consiste en una actividad defensiva, protectora y de constatación y el registro, por el contrario, tiene una finalidad indagatoria e investigadora.
Para que nos entendamos: El cacheo, definido como “registro corporal externo” en la nueva Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, consiste en la palpación externa del cuerpo, vestiduras e indumentaria, incluyendo los objetos personales o equipaje de mano, con la finalidad de descubrir objetos no permitidos o peligrosos (como armas o drogas), efectos del delito o medios de prueba ocultos entre la ropa o el cuerpo del sospechoso.
Cualquier ciudadano español, se ve en la tesitura de tener que ser cacheado, tiene que saber que tiene derecho a que se lo haga una persona de su mismo sexo, salvo en los casos en los que no sea posible.
En ningún caso el cacheo puede suponer que la persona tenga que quitarse ni ropa o zapatos.
Porque si se tratara de este último tipo de inspección estaríamos hablando de un registro.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando a un preso se le realiza este tipo de registros para ver si oculta drogas en su cuerpo o cuando los agentes de policía entran en una vivienda o un coche buscando indicios.
Estos registros implican ya una finalidad indagatoria e investigadora y una búsqueda de elementos probatorios.
Aquí, estamos hablando de una actuación policial que excede la mera actividad administrativa y, se sitúa ya plenamente en el terreno de la policía judicial, que intenta averiguar y perseguir los ilícitos penales.
Por ello, siempre se hará por petición o bajo supervisión de la autoridad judicial.
Porque de no ser así, se estaría vulnerando el artículo 18 de nuestra Constitución que reconoce el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
Así, la sentencia el Tribunal Supremo del 6 de octubre de 1999 dio unas directrices muy claras, en este sentido.
Esos derechos no se vulneran siempre que se cumplan los siguientes requisitos: que el cacheo lo realice una persona del mismo sexo, que se haga en sitio reservado, según la intensidad y alcance corporal del cacheo, y que se eviten posturas o situaciones degradantes o humillantes.
Unas condiciones que han sido asumidas en la citada L.O. 4/2015, de Protección de la Seguridad Ciudadana.
La cobertura penal del cacheo reside en el artículo 282 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que se establece “que los funcionarios de policía tienen la obligación de investigar los delitos, practicar las diligencias para comprobarlos y descubrir a los delincuentes y recoger todos los efectos, instrumentos o pruebas del delito de cuya desaparición hubiere peligro, poniéndolo a disposición de la Autoridad Judicial”,  y en los artículos 18, 19 y 20 de la 4/2015.
Por tanto, la ley permite los cacheos, o “registros corporales externos”, entendiéndolos siempre como inspecciones o intervenciones que no invaden las zonas íntimas, puesto que en caso contrario, sería un registro y precisarían de una autorización judicial motivada.

Detenido por robar un supermercado de Gijón y lesionar a la vigilante

Detenido por robar un supermercado de Gijón y lesionar a la vigilante

El hombre le dobló las manos a la vigilante y le provocó una luxación en uno de los dedos antes de huir del lugar

La Policía Nacional ha detenido a un vecino de Avilés de 53 años por forcejear y causar una luxación de un dedo a una vigilante de seguridad de un supermercado de Gijón, que le había sorprendido llevándose comida del establecimiento.
La vigilante descubrió al hombre ocultando entre su ropa varios paquetes de pulpo cocido, y trató de impedir que abandonase el local, lo que provocó su reacción violenta, ha informado este jueves la Comisaría de Gijón en un comunicado.
En el enfrentamiento, el hombre le dobló las manos a la vigilante y le provocó una luxación en uno de los dedos antes de huir del lugar.
La descripción del autor y las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad permitieron a los agentes averiguar la identidad del hombre, que cuenta con un amplio historial delictivo en toda Asturias, con más de treintena detenciones.
El autor fue detenido ayer en su domicilio de Avilés por un presunto delito de robo con violencia.

"Los vigilantes pueden cobrar un 75% más en los días libres, es una sentencia histórica"

Pedro Pérez, del sindicato denunciante (CIG),  explica en Galiciapress las consecuencias de la reciente sentencia del Supremo que anula parte de un convenio de seguridad privada. Sentencia que puede suponer muy buenas noticias para los 90.000 trabajadores del sector, incluso con efectos retroactivos.

Pedro perez cig servizos

En concreto, el Tribunal Supremo (TS) ha dejado sin validez varios artículos de convenio colectivo de la seguridad privada vigente durante 2015 y 2016. La consecuencia es que las empresas deben pagar el 75% de recargo por el trabajo extra, es decir, por las horas  en días festivos, de descanso o de vacaciones.

Así, si un vigilante cobra, por ejemplo, 10 euros la hora normalmente, cuando trabaje en esas circunstancias  debería cobrar 17,5 euros/hora. Así lo fija el Estatuto de los Trabajadores y, según la sentencia, el acuerdo que firmaron en su día algunos sindicatos con la patronal no es válido porque vulnera esa norma de rango superior.

Así lo explica a esta redacción el responsable de seguridad privada en CIG-Servizos. Pedro Pérez cree que las otras centrales que firmaron el acuerdo "no quedan en una buena posición porque llevan defendiendo desde siempre que el valor de la hora extra debe ser el mismo que el de la hora ordinaria". En su opinión, renunciaron a su obligación de defender a los trabajadores, renuncia que, dice, incluso señala el propio Tribunal.

EFECTOS PRÁCTICOS

¿Qué consecuencias tiene a efectos prácticos la sentencia? Pérez explica que ahora mismo los vigilantes de seguridad pueden presentar ya ante sus empresas reclamaciones de cantidades, aunque puedan quedar en suspenso a la espera que se concrete la necesaria modificación del convenio vigente. 

El sindicalista recuerda que sólo se pueden reclamar cantidades no cobradas de los anteriores 12 meses, por lo que cada día que pase algunos trabajadores que no reclamen y tengan derecho podrían estar renunciando a algo que legalmente les corresponde. Dependiendo del caso, a otros vigilantes les podría convenir esperar a final de año para contar cuantas horas a mayores hicieron sobre las fijadas en el convenio -que estipula un descanso mínimo de 96 días- y a partir de ahí reclamar que se las paguen con un recargo del 75%.

El miembro de la Executiva de la CIG cree que incluso existe la posibilidad de que los vigilantes puedan tener derecho a cobrar ese 75% más durante las horas que hicieron a mayores durante la vigencia del convenio tumbado, que era de entre el verano de 2015 y el de 2016. Con todo, Pérez es prudente sobre este supuesto y explica que la asesoría jurídica del sindicato nacionalista está estudiando la sentencia para ver si, efectivamente, los vigilantes pueden tener derecho a la subida en el período 2015-2016.

¿QUÉ PASARÁ CON EL ACTUAL CONVENIO?

El convenio vigente hoy en Seguridad Privada es más reciente. Sin embargo, el texto del 2015 anulado por la setencia del TS ahora forma parte del convenio actual, por lo que en teoría debería ser modificado.

¿Qué va hacer la CIG al respecto? "Tenemos que esperar a ver que hacen los sindicatos y la patronal firmamente a nivel estatal, si en el plazo de un mes no hay mesa negociadora, nosotros instaremos a su convocatoria", adelanta Pérez. El objetivo, incorporar esa subida del 75% al convenio vigente. 

El resultado final de esta guerra -en la que los trabajadores han ganado la primera y puede que decisiva batalla- tendrá sin duda un impacto económico importante en el sector de la seguridad privada, que según la CIG emplea a unos 90.000 proletarios, de los cuales unos 4.000 trabajan en Galicia.