jueves, 3 de enero de 2019

Aves rapaces y la neutralización de drones hostiles.

Sun Tzu en su libro “El Arte de la Guerra” afirmaba "los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar".

Recientemente hemos podido asistir al colapso de un aeropuerto internacional por la supuesta presencia de unos drones en el área, que amenazaban la seguridad aeroportuaria. Cientos de vuelos cancelados, 150000 pasajeros afectados, consecuencias económicas y dramas familiares en unas épocas tan señaladas.

Este episodio debería hacer reflexionar a los responsables de garantizar la seguridad aérea de la necesidad de dotarse de medios adecuados para combatir la más que previsible amenaza que supondrá la popularización de estos instrumentos llamados a revolucionar muchos sectores económicos y sociales.

Hace unas semanas tuve el privilegio de participar en una jornada sobre la seguridad y los drones. En la mesa redonda de debate pude plantear y explicar a interés del moderador como nuestra empresa va a disponer de un servicio de neutralización de drones, ante la no ya indiferencia sino patente jocosidad e incluso sorna de los representantes de la Administración Pública, tanto Fuerzas y Cuerpos de Seguridad como el gestor del espacio aéreo. El mayor interés mostrado fue como algo así podría ser regulado. Supongo que deformación profesional de querer controlarlo todo.

Y es que la realidad que pude concluir de dicha experiencia, fue una vez más que la Administración Pública siempre va un paso atrás de la realidad social, incapaz de anticipar y sobre todo tomar decisiones y asumir responsabilidades.  Sorprende que siquiera tengan unos protocolos definidos ante este tipo de situaciones y que en los albores de la tercera década del siglo XXI el único medio disponible para intentar neutralizar la posible amenaza de un dron hostil sean esos palitos con antenas que llaman inhibidores de frecuencias, de más que dudosa efectividad, especialmente ante una amenaza bien preparada.

El caso del aeropuerto londinense ha puesto en evidencia muchas carencias en lo relativo a la eficacia de las actuales posibilidades de neutralización de drones:

1º Para derribar o neutralizar un dron hace falta primero detectarlo, lo cual no es fácil debido a su pequeño tamaño, baja firma radar y rapidez de desplazamiento. En el caso que nos atañe, aun hoy se duda de si realmente existió la amenaza.

2º Detectada la amenaza debe ser neutralizada. Para ello existen diferentes posibilidades:

Inhibición de frecuencias de comunicaciones y sistema de  posicionamiento global.

Emplear la inhibición de frecuencias tiene evidentes riesgos en determinados ambientes como puede ser un aeropuerto. Inhibir frecuencias de forma indiscriminada amenazaría la seguridad aeroportuaria y bloquearía las comunicaciones civiles y policiales. La inhibición direccional también puede ser complicada. En primer lugar el equipo policial debe detectar la posición del dron dentro del espacio aéreo restringido y acercarse a una cierta distancia. Aun cuando se dispusiera de un “palito de ondas direccional” tan potente como para inhibir a kilómetros de distancia, la eficacia real se limitaría al alcance visual. Eso teniendo en cuenta que el dron puede moverse varios kilómetros en un minuto. Incluso con un radar de tipo militar sería complicado detectarlo, fijarlo y guiar a un equipo de tierra para que apuntara, salvo que estuvieran integrados el radar y  un  equipo e inhibición direccional automático. Además este método puede no ser eficaz si el dron funciona de forma autónoma sin conexión exterior y se guía de forma inercial, mediante reconocimiento de imágenes o lidar (radar laser) por ejemplo.

Cegar la óptica mediante laser.

Es un método eficaz para evitar que sea dirigido a un objetivo concreto con fines terroristas, si bien nuevamente hay que considerar el problema de la “dirección de tiro” para apuntar el laser de forma precisa a la óptica del dron. Además sería necesaria la alineación entre el laser y los elementos de puntería, lo cual lo limita a un sistema de protección de punto.  Por otro lado de nada sirve contra artefactos que se guíen a alcance visual o de forma autónoma.

Capturar el dron mediante otro dron.

Puede ser un método eficaz pero nuevamente nos encontramos con el problema de detectar y seguir el dron hostil con suficiente precisión. Evidentemente podemos complicar el tema introduciendo en un “cazadrones” un radar de banda milimétrica/Ku, o un buscador IR, como si de un caza aéreo se tratara y asumiendo así tamaños y complejidades (costes) considerables.

Otros métodos más “expeditivos”.

Evidentemente se puede derribar con misiles antiaéreos, destruir con un laser de alta potencia o quemar su electrónica mediante pulsos electromagnéticos direccionales. Pero como en los otros casos se requiere una adecuada dirección de tiro de grado militar. Estamos hablando ahora mismo de tecnología que esta fuera del alcance de la seguridad interior a corto o medio plazo salvo que se genere una verdadera amenaza extremadamente grave para la seguridad pública.

Como podemos ver, más allá de lo idóneo del posible método a emplear para neutralizar la amenaza nos encontramos con un problema de base. La detección y fijación de un objetivo altamente escurridizo. Eso sin contar con la eficacia real del sistema elegido para neutralizarlo.

En el caso Español es fácil dudar de la capacidad presente de la Policía Nacional para hacer frente a estas amenazas. De hecho siquiera tienen protocolos establecidos para ello, llegando a considerarlo el derribo de una aeronave, ni tampoco su autocomplacencia hace previsible que se vayan a implementar a corto plazo. La Administración es lenta tomando decisiones y mucho mas asumiendo responsabilidades. Al final, una vez producido un problema, nunca antes anticipándose a la amenaza, un consejo directivo designa la comisión para determinar la composición del comité que deberá crear el grupo de trabajo que presente las conclusiones del estudio del equipo de expertos que deberá valorar para su aprobación por el organismo interdisciplinar que garantice que el tiempo pase y que decisión alguna sea tomada ni ninguna responsabilidad asumida.

Sin embargo, hay un sencillo método que puede dar respuesta a estos retos que la amenaza de los drones puede suponer. El empleo de aves de presa entrenadas y preparadas para la capturarlos.

Un ave así entrenada, y debidamente equipada, buscará y detectará con sus afinados sentidos el objetivo incluso a varios kilómetros y se lanzará sobre él para neutralizarlo solucionando el problema en cuestión de escasos minutos.

Un sistema sencillo, eficaz y relativamente barato, cuya relación coste eficacia excede en orden de magnitud cualquiera de los complejos sistemas que serían precisos para garantizar realmente poder neutralizar la amenaza de un dron hostil con garantías.

Este servicio de neutralización de drones es un buen ejemplo del empeño en buscar la excelencia ofreciendo aquellos servicios que se demandan, incluso adelantándose a las futuras necesidades, innovando y logrando el éxito donde incluso otros, con todo el apoyo de la Administración de un Estado, como es el caso de Bélgica, han fracasado.
"los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra. Mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar". La preparación, la planificación, el entrenamiento, el liderazgo y los protocolos de actuación son la base del éxito. La improvisación, la descoordinacion, la falta de liderazgo y decisión, así como la mera o vana esperanza en que las cosas no ocurran, solo llevan al fracaso y pagar un precio mayor como consecuencia de ello.

El que sabe cuando puede volar y cuando no, sera victorioso (Sun Tzu)

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