El AUDS es capaz de detectar aparatos de hasta diez centímetros en un radio de 10 kilómetros. Emite una señal que inhibe la del controlador e interfiere en su manejo
La pasada semana, cinco militares yemeníes -entre ellos, el jefe de la inteligencia militar del país árabe- murieron tras la explosión de un dron cargado de explosivos. El aparato, manejado por rebeldes hutíes, impactó contra la tribuna de autoridades situada en una base militar durante un desfile.
Este es un ejemplo más del uso cada vez más habitual que se da a este tipo de artefactos, especialmente en Oriente Medio. Fue el Daesh quien, durante sus campañas en Siria e Irak, convirtió los drones en proyectiles armados con explosivos. Y el ejemplo ha llegado a muchos otros frentes.
Pero la amenaza de los drones operados por atacantes no solo se circunscribe al uso de explosivos. Utilizados para vigilar los movimientos de un contingente, estos pequeños drones pueden ofrecer información de inteligencia a grupos terroristas de cara a cometer un atentado. Por ello, blindar las bases españolas en el extranjero ante estos aparatos se ha convertido en una de las prioridades de los equipos que velan por la seguridad de los militares.
En esa línea se enmarca una de las últimas adquisiciones que ha firmado el Ministerio de Defensa. La Subdirección General de Adquisiciones de Armamento y Material ha procedido a la compra de un sistema ‘C RPAS’ -anti dron- a la firma española Compañía Internacional de Analizadores y Control S.L. El valor del contrato asciende a 104.000 euros.
Según los pliegos del contrato, el sistema irá destinado a zona de operaciones para proteger a los contingentes y bases de cualquiera de las misiones internacionales en las que participan las Fuerzas Armadas españolas.
Se trata del sistema AUDS, desarrollado y fabricado por la firma británica Blighter. Se compone de un radar A400 que, unido a un conjunto de cámaras, permite detectar pequeños objetos voladores -hasta 10 centímetros- en un radio de diez kilómetros.
Una vez que el aparato es detectado e identificado, el sistema cuenta con un equipo de radiofrecuencia capaz de interferir e inhibir la señal que recibe el dron intruso por parte del operador, obligándolo a estrellarse contra el suelo.
La adquisición pasó por ciertos problemas burocráticos, ya que el sistema adquirido pasó un tiempo almacenado en un almacén de Estados Unidos esperando el permiso de exportación. Una vez solucionados, el equipo viajará próximamente a un destino no revelado en los pliegos, pero que las fuentes militares consultadas por ECD aseguran que será con toda probabilidad Irak.
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