lunes, 24 de diciembre de 2018

Los Mossos buscan a un conductor yihadista que planea atentar en Barcelona

Los servicios secretos de EEUU enviaron una alerta el domingo en la que pide a los ciudadanos que tomen precauciones cuando circulan por el centro de la capital catalana

Foto: Momento del homenaje a las víctimas de los atentados del 17-A de agosto de 2017. (EFE)

Lmidi Brahim, marroquí, conductor de autobuses en Casablanca, es el hombre que desde el domingo por la tarde buscan afanosamente en Barcelona los Mossos d’Esquadra. Una alerta enviada este domingo mismo por los servicios secretos de Estados Unidos señalaba que habría entrado en España con la intención de perpetrar un atentado probablemente atropellando a transeúntes en Navidad.
El Consulado de EE UU en Barcelona advirtió el domingo a sus ciudadanos, a través de Twitter y en su página web, de que fuesen especialmente cautelosos en La Rambla, entre la plaza de Cataluña y el Portal del Ángel, pero no les llegó a pedir que evitasen caminar por toda esa zona del centro de Barcelona donde ya se produjo un atentado en agosto de 2017. «Extremen la precaución alrededor de las áreas con movimiento de vehículos, incluidos autobuses, en el área de La Rambla de Barcelona durante las Navidades y el Año Nuevo. Los terroristas pueden atacar sin apenas aviso, o sin aviso, teniendo como objetivos localizaciones turísticas, centros de transporte y otras zonas públicas», señala el texto.
Los servicios secretos estadounidenses hicieron llegar paralelamente una información reservada a las policías de España con el nombre del sospechoso, su nacionalidad y su experiencia como conductor de vehículos pesados en la mayor ciudad de Marruecos. Una nota interna de la Guardia Urbana de Barcelona, inspirada en la información que le transmitieron los Mossos, pone de relieve la escasa información de la que disponen las fuerzas policiales.
“(…) hay una amenaza por parte de un individuo que tendría la intención de cometer una acción terrorista el 25 de diciembre atropellando con un autobús o un vehículo similar”, señala la nota de la Guardia Urbana. “El individuo dispone de todos los permisos de conducir (…)”. “A esta amenaza el Cuerpo de los Mossos d’Esquadra le atribuye una credibilidad media”, concluye.
"Los terroristas pueden atacar sin apenas aviso, o sin él, teniendo como objetivos área turísticas, centros de transporte y otras zonas", señala el texto
La nota enumera a continuación nueve medidas para reforzar la seguridad en el centro de la ciudad no solo en La Rambla sino también alrededor de la Sagrada Familia y otros lugares similares. Es necesario, recalca, “efectuar controles de los autobuses y minibuses sobre todo en la zona centro”. Los transeúntes que recorrieron el domingo los barrios más turísticos de Barcelona constaron un incremento de la seguridad muy superior al que suele ser habitual en estas fechas navideñas.
El Cuerpo Nacional de Policía también recibió la alerta estadounidense. No le consta, sin embargo, que el sospecho marroquí haya entrado en España, el individuo no figura en sus ficheros ni tampoco en los de la policía de Marruecos con la que consultó. De ahí que su reacción sea algo escéptica. Aunque justifican que la policía autonómica catalana incremente la seguridad, las autoridades españolas consideran que la publicación de estos avisos norteamericanos provoca una alarma a veces innecesaria entre la población y puede causar un perjuicio económico a comerciantes y hoteleros del centro de Barcelona.
Las advertencias formuladas por EEUU suelen ser producto de los rastreos masivos que efectúa la National Security Agency (NSA) de conversaciones y mensajes telefónicos, pero normalmente es la Central Intelligence Agency (CIA) la encargada de hacérselos llegar a sus interlocutores europeos.
Washington ya informó, en mayo de 2017, que se podría producir un atentado aquel verano en La Rambla, según reveló 'El Periódico de Catalunya', pero Joaquim Forn, entonces conseller de Interior, negó haberlo recibido pese a las evidencias aportadas por el rotativo. No se colocaron bolardos en la más célebre calle de Barcelona que hubiesen, probablemente, evitado el atropello masivo que se produjo el 17 de agosto de aquel año. Aquel atentado y el de Cambrils, pocas horas después, costaron la vida a 16 transeúntes, en su mayoría turistas, y otros 130 resultaron heridos.

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