El Concello sanciona con cinco días de suspensión al agente, que fue grabado por cámaras
El gobierno municipal ha sancionado a un policía local que se ausentó de su puesto de trabajo en el depósito de vehículos de la avenida de Madrid antes de que lo relevara un compañero, dejando el servicio abandonado. El funcionario ha sido castigado con cinco días de suspensión de funciones a pesar de que el día de los hechos cumplió su jornada laboral. Fue su compañero el que llegó más tarde del horario habitual que tienen establecido, las 22.00 horas, pero que no se corresponde con el oficial, que fija la entrada para el turno de noche en las 22.30.
Las grabaciones efectuadas por las cámaras de vigilancia fueron claves para expedientar al funcionario porque recogieron el momento en el que se marchaba antes de que llegara su relevo. El funcionario se fue del trabajo diciendo a un operario del depósito que ya había cumplido sus ocho horas, pero no avisó a ningún superior de que dejaba su puesto sin ningún otro agente de autoridad que lo atendiera.
Los hechos sucedieron en agosto del año pasado. La investigación se demoró más de seis meses, por lo que el Concello tuvo que dictar la caducidad del expediente, pero lo reabrió después al no haber prescrito la infracción cometida.
El detonante fue el hecho de que unos ciudadanos se presentaron en el depósito municipal de la grúa ubicado en la avenida de Madrid y no se encontraron a ningún agente que los atendiera. Habían acudido para pagar la multa y recoger su vehículo que horas antes se había llevado la grúa por encontrarse mal estacionado en la vía pública. El agente que se encontraba de turno en esa franja horaria se había marchado hacía diez minutos.
Un empleado de la concesionaria que se encarga de la gestión del depósito se puso en contacto con la jefatura para solicitar una patrulla para hacer entrega del vehículo custodiado en dicho recinto porque el policía destinado allí se había ausentado. El inspector le preguntó si sabía el motivo de la ausencia del policía y a qué hora abandonó su puesto de trabajo. El operario contestó que no pudo concretar la hora, pero que cuando se marchó el agente le comentó que se iba a su hora. Un inspector envió a otro policía para que realizase la gestión y elevó un informe para incoar un expediente disciplinario al agente.
El concejal de Seguridad, Carlos López Font, ordenó la apertura de dicho expediente y solicitó el examen de las imágenes del sistema de videovigilancia del depósito municipal de vehículos, la toma de declaración al inculpado y otros testigos.
El abandono del servicio es una falta que está tipificada en la Ley de Coordinación de Policías Locales. El edil de Seguridad nombró como instructor al inspector principal de la Policía Local
En el transcurso de la investigación la empresa de vigilania entregó un reportaje fotográfico en la que se puede observar al funcionario entrando a las 14.00 horas para comenzar la jornada laboral. En otras imágenes se comprueba que se marchó del depósito de vehículos a las 22.00 horas.
Los responsables del expediente dieron audiencia al agente, que tuvo la oportunidad de manifestarse en contra del abandono que le imputaban. Alegó no estar de acuerdo ya que cumplió su jornada laboral de ocho horas, entrando a las dos de la tarde y saliendo a las diez de la noche. El policía reconoció que cuando se finalizó el trabajo y se marchó aún no había llegado el agente que le relevaría en el turno. Su sustituto en el puesto llegó a las 22.25.
En el pliego de cargos redactado contra el agente se reconoce que no se aprecia intencionalidad en los actos del expedientado, ya que cumplió el horario de su jornada laboral. Tampoco se acreditó reincidencia con resolución firme por faltas anteriores y su acción no tuvo incidencia sobre la seguridad ciudadana. Pero sí reconocen que existió «una ligera perturbación en el normal funcionamiento del servicio, al tener que disponer el jefe de turno de otra unidad para trasladarse al depósito municipal y atender un requerimiento ciudadano. El caso afectó a los principios de disciplina, jerarquía y subordinación, al no comunicar su ausencia sin esperar a ser relevado. Se considera por ello que cometió una falta grave.
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